sábado, 8 de diciembre de 2012

La increíble hazaña de Philippe Petit


Una de las coincidencias llamativas de Alehop es que en la novela aparece un circo (aunque como he dicho en otras entradas nada tiene que ver con un circo tradicional) y el hecho que la editorial se llame precisamente Funambulista. Realmente es una gran casualidad. Cuando el editor me pidió alguna idea sobre el dibujo de la portada, se me ocurrió ahondar en esta coincidencia y le sugerí un anciano manteniendo el equilibrio a duras penas sobre una cuerda floja. Me pareció que una instantánea así reflejaba de un modo muy simbólico el argumento del libro: unos ancianos que luchan por mantener el equilibrio ante las fuerzas hostiles.

Haciendo una asociación con todo esto, hoy quisiera comentar una historia tan increíble como real. Se trata de la hazaña de Philippe Petit, funámbulo francés, mimo, monociclista y mago, que en 1974 cruzó sobre una cuerda floja las Torres Gemelas de Nueva York, a 400 m de altura.

Según cuenta, la idea se le ocurrió un buen día que estaba esperando en la consulta de un dentista, leyendo un artículo sobre el World Trade Center, que por aquel entonces se estaba construyendo. A partir de aquí empezó a maquinar su plan, acudiendo en numerosas ocasiones a Nueva York para tomar notas. De incógnito, Petit observaba atentamente las ropas de los trabajadores y las herramientas que llevaban, así como los trajes de los hombres de negocios, para poder mezclarse con ellos al intentar entrar. Tomó también nota de los horarios de los obreros, para determinar cuándo podría tener acceso a la azotea.

Petit y su grupo pudieron subir en un montacargas hasta el piso 104, llevando con ellos el equipo necesario el día antes de la hazaña, y lo almacenaron a tan solo diecinueve escalones de la azotea. Para poder pasar el cable a través del vacío que separaba los dos edificios, decidieron usar un arco y una flecha; primero dispararon un sedal, para posteriormente disparar cuerdas cada vez más largas hasta que consiguieron pasar el cable de acero. Por primera vez en la historia de las Torres Gemelas , éstas quedaron unidas.

 El 'crimen artístico del siglo', como así se llegó a llamar, llevó seis años de planificación, durante los cuales Petit aprendió todo lo que pudo sobre los edificios. Tuvo que hacer frente a  problemas tales como el balanceo de la cuerda floja a causa de los fuertes vientos y cómo llevar el cable de acero de un edificio a otro.

 Con 24 años de edad, Petit cruzó las Torres casi terminadas. Fue un evento que duró unos 45 minutos. Durante ese tiempo, además de caminar, se sentó sobre el cable, hizo una reverencia y habló a una gaviota que volaba sobre su cabeza.

Su audaz actuación provocó titulares en todo el mundo. Al ser preguntado por el motivo de la acrobacia, Petit diría: «Cuando veo tres naranjas, hago malabares; cuando veo dos torres, las cruzo».

En 2008, el cineasta James Marsh rodó el documental "Man on Wire" , sobre el paseo de Petit. Me encantó este documental (ganó un Óscar). Os lo recomiendo.







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